Del amor y otros fantasmas poco se sabe. Se hace imposible estudiar su naturaleza por su carácter volátil y esquivo. Atraviesan igual muros que personas, pero sólo en estas últimas consienten detenerse, allanando su interior.
Una vez dentro, toman el control del cuerpo de su anfitrión, y en este caso, también el de su mente. Hacen que actuemos de formas poco corrientes, incluso extrañas, cercanas a lo que por los demás es interpretado como locura. Y todos tienen un denominador común: cuando semejante huésped abandona su temporal alojamiento, el espíritu del anfitrión queda deshecho, helado, en parte neutralizado y destruido. Pero finalmente, por extraño que parezca, la herida termina curándose...
Dimitri.
"Y un falso te quiero tanto
aguaceros de llanto
el desencanto
dejó huella
y me hizo madurar,
para olvidar
metí mis lágrimas en una botella
y la lancé al mar"
Nach
"Y un falso te quiero tanto
aguaceros de llanto
el desencanto
dejó huella
y me hizo madurar,
para olvidar
metí mis lágrimas en una botella
y la lancé al mar"
Nach
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