viernes, 18 de abril de 2008

global warNing


Si el mundo fuese capaz de toser, vomitaría sobre nosotros aguaceros de sangre y trozos de sus decrépitos pulmones en forma de granizo. La tormenta final, el acabose...

El ambiente irrespirable no le rodea, le posee. Está en su interior pudriendo su fuerza vital. Su alma planetaria. La naturaleza que nos sustenta y mata, a partes iguales.

La combustión le está prendiendo por dentro. Nota cómo arde su interior, cómo va muriendo poco a poco. Percibe los cambios que sufre. Es capaz de ver las manchas grisáceas que comienzan a cubrirle. Las erupciones irritan su corteza y su atmósfera se hace irrespirable, asfixiándole a él... y a nosotros.

Sufre la misma enfermedad que nosotros nos asusta hasta el extremo. Una masa tumoral de más de seis mil millones de células. Un cáncer cuya metástasis se extiende por todo el territorio habitable. Destruye las selvas, vuelve árida la tierra fértil, corrompe las aguas y el aire...

Drenamos su sangre, tan putrefacta ya, que es negra y espesa. La quemamos en un ritual energético que produce un humo tan denso que hace llorar nuestros ojos, que infecta las heridas que nosotros mismos causamos.

Los virus invaden un organismo, se extienden por él, colonizándolo. Dilapidan todos los recursos que puede ofrecerles y, cuando este roza la muerte, lo abandonan para buscar otro en el que desarrollarse...

Tengo claro que somos un virus, mi pregunta no es esa. La cuestión es: ¿A dónde iremos los humanos cuando el mundo muera?

2 comentarios:

  1. unos irán a removerse eternamente entre su propia mierda, otros echaremos a volar al infinito

    (CecileAnn)

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  2. Saludos, Dimitri. Le fecito por sus textos. Espero que le liberen de su prisión en el Centro de Tortura Imperial llamado Guantánamo.

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