Se encontraban allí sentados con la mirada perdida, en silencio. Aunque estaban juntos parecía que cada uno se encontrase en su propia realidad, ambas paralelas, emplazadas en el mismo espacio y tiempo, pero sin llegar a rozarse la una con la otra en ningún caso. - ¿Qué sabes del destino?
El joven se sorprendió. No esperaba que él le hablase, y mucho menos una pregunta como esa.
- Supongo que lo que todo el mundo.- contestó indeciso - Que una fuerza superior controla el devenir de los acontecimientos y predetermina lo que va a ocurrirnos.
El hombre de pelo cano se le quedó mirando con un deje de reprobación que no duró demasiado. Al fin y al cabo, se suponía que él era el encargado de enseñarle este tipo de cosas.
- Dimitri, amigo mío, recuerda esto siempre... Nuestro futuro está por escribir.

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