lunes, 14 de abril de 2008

La historia de otro... (II)


Los ojos de aquel anciano mostraban una mirada cansada. Quizá de ver la miseria y desesperación que envolvían cada milímetro de aquella ciudad como una atmósfera irrespirable de grisú. El mismo que, cada vez en más ocasiones, separaba para siempre a los mineros de sus familias. La última de las nobles razas de aquel desangelado lugar, ya en peligro de extinción.

Recorriendo la habitación con la vista, terminó por posarla sobre el crío que se encontraba sobre la alfombra, aparentemente despreocupado, jugando al lado del brasero de leña que caldeaba el gélido aire de un invierno implacable y cruel. Deseaba que el pequeño nunca olvidase la historia del pueblo y la famlia a los que pertenecía, pero anhelaba con mucha más fuerza que nunca tuviera que formar parte de ella:

- Pequeño Dimitri, ¿qué quieres ser cuando crezcas?

El muchacho ni siquiera tuvo que pensarlo, levantó la vista del juguete de madera que tenía entre las manos y con el que estaba ensimismado. El brillo de un chispazo en sus ojos acompañó su contestación:

- Escritor, quiero ser escritor.

- ¡Vaya! -- exclamó el anciano sorprendido -- y, dime, ¿por qué quieres serlo?

- Porque la imaginación es lo único que jamás podrán quitarme

3 comentarios:

  1. hola dimitri, de una manera casual he dado con tu blog, y me ha encantado lo que he visto y leído, y este texto me ha estremecido. Es claro y tierno, sincero y sin parafernalia.
    Un beso.
    Por cierto, yo acabo de empezar con mi blog. es http://albendera.blogspot.com
    si quieres puedes pasarte. un beso

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  2. de los cinco escritos me quedo con este Dmitri, pero a cuál mejor...

    vas a ser grande, muy grande ;)

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  3. Genial relato. Lamento no haberme parado antes por tu blog. La falta de tiempo, el ajetreo, las movidas...en fin, las tonterias de la vida que no nos deja fijarnos en los importantes detalles.
    Me ha gustado mucho, con mucha "alma"...

    Muchos besos.

    Nos leemos.

    CLARA

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