miércoles, 15 de febrero de 2012

Transformaciones


Los hubo a miles que no creyeron al escultor, que sólo veían un enorme y tosco bloque de mármol de afiladas aristas, porque no miraban a través de sus ojos. Los hubo a miles que infravaloraron su trabajo extenuante, dándolo por tiempo y esfuerzo perdidos, como un vacío en su vida. Los mismos que, tras levantarse la tela que cubría la obra, no pudieron dar crédito al ver la transformación.

Ese día fue, sin duda, el que menos importancia tuvo para el escultor y, sin embargo fue en el que se demostró que, antes que cualquier otro, él había visto la que la transformación era posible. Contra la opinión adversa del resto trabajó duramente, como si de una batalla contra la piedra se tratase hasta conseguir el resultado que anhelaba.

La verdadera recompensa no fue el reconocimiento, sino la transformación. Y el saber que él estaba en lo cierto cuando, antes de que todos los demás creyeran en lo que hacía, él se vio capaz de realizar ese cambio.

Dimitri Ryznard.









Fotografía: El David de Miguel Ángel. Google.

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